martes, 26 de enero de 2010

¡Le creyó a Dios!

Hoy estudié el capítulo 4 de la carta que Pablo le envió a sus amigos en Roma. Debo confesar que quería llegar a ese capítulo. Otras veces lo he leído y me ha animado. ¿A qué? Erase un viejito, que soñaba con ser papá. El problema es que ya tenía 100 años y su esposa - también anciana - hacía mucho que había dejado de ser fértil. Así que las posibilidades de que el sueño se hiciera realidad eran estadísticamente de 0%. Pero un día, Dios le da una promesa: le dice que le hará Padre de Multitudes. Sinceramente, una promesa muy difícil de creer dadas las probabilidades reales. Sin embargo, el viejito se la cree. Así de simple. Es como si dijera: Si Dios lo dijo, eso pasará. Por eso me anima. Me anima a creer no solo en Dios sino creerle a Dios y eso significa creer a sus palabras (la Biblia). No se trata de mis imposibilidades. Se trata de Sus posibilidades. No es porque yo lo merezca. Es porque El es bueno. Es Su naturaleza. ¿Qué pasaría si hoy creyéramos más?
Sugerencia del día:
Crear un cuaderno específico donde registremos las promesas que Dios nos ha dado y las nuevas que desee darnos.
Versículo del día (para memorizar, meditar y aplicar):
Romanos 4:3 " ..."Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia"

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