Números 12:10. "Tan pronto la nube se apartó del Tabernáculo, María se llenó de lepra, y tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a María vió que estaba leprosa".
La verdad no me gustó. Entré a internet a buscar fotos de lepra y quedé horrorizada. De hecho la foto que acompaña la reflexión de hoy es una de las menos impresionantes...
Dios hablaba cara a cara con Moisés. Moisés era el hombre más manso/humilde sobre la tierra (digno de imitar). Aarón y María, sus hermanos, comenzaron a murmurar (envidiosos de su especial relación con Dios). Mala decisión. La cosa no le gustó al Señor. Dios mismo confrontó a Aarón y a María. Parece que eso no los movió al arrepentimiento...
Entonces, vino la lepra sobre la que inició la murmuración. La foto no está disponible pero la enseñanza es clara: Dios en su amor por nosotros, puede permitir cosas difíciles para movernos al arrepentimiento. No endurezcamos el corazón. Los únicos que perdemos somos nosotros.
Entonces, vino la lepra sobre la que inició la murmuración. La foto no está disponible pero la enseñanza es clara: Dios en su amor por nosotros, puede permitir cosas difíciles para movernos al arrepentimiento. No endurezcamos el corazón. Los únicos que perdemos somos nosotros.
Oración del día:
Perdón. Tú tienes razón. Yo he pecado. Cuesta reconocerlo. Pero hoy lo reconozco. He ido en otra dirección. Perdóname. Quítame la lepra. Sobre todo la del corazón. Hazme humilde. Prefiero parecerme a Moisés, siendo tan grande, decidió hacerse pequeño. Te amo Jesús.
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