Versículo del día: "He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero." Hechos 13:22
En el país donde vivo y en buena parte de países del mundo se celebra por estos días el famoso Día de San Valentín o lo que en otros países se conoce como el Día del Amor y la Amistad.
Me pregunté, ¿qué regalarle a Dios en este día?
Lo normal es regalar dulces, esquelas, peluches, y cualquier tipo de objeto que contenga corazones. El corazón es el símbolo del amor. El símbolo de entregar lo más preciado de nosotros. Darlo a alquien representa que ese alguien es muy importante para nosotros.
El problema es que creo que se lo hemos dado a otros dioses. Algunos se lo han dado al dinero. No ha sido un final feliz. Otros se lo han dado a los placeres temporales (permíteme precisar: alcohol, sexo ilícito, pornografía, juegos de azar, drogas - por solo citar algunos). Tampoco han salido muy bien recompensados (salvo un momento efímero de aparente felicidad que es solo un espejismo porque al final el corazón queda más vacío y solo que nunca). Otros se lo han dado al trabajo. Las noticias no son mejores. Un día descubren que los proyectos se acabaron, los halagos ya no llegan y lo único que queda es un sinsabor. Otros se lo han dado a la televisión. Sí, la aman profundamente hasta el punto de darle valiosísimas horas que pudieran ser mejor invertidas. El resultado es similar, vacío.
David, el pequeño pastor de quien todos se burlaban cuando pidió que se le dejase pelear contra el gigante de casi 3 metros, supo a quién dar su corazón. En su cotidianidad como pastor, solía componer canciones a Dios, solía llorar expresándole sus más sinceros sentimientos a Dios, solía soñar contándole sus más sentidos anhelos a Dios. Eso lo hizo un hombre del que Dios mismo dijo: Es un hombre conforme a mi corazón. No te confundas, no estamos hablando de pasar 24 horas arrodillados o en un monasterio. Se trata de pasar las 24 horas incluyendo (no excluyendo) a Dios. Hablar con él (no con oraciones prefabricadas sino con tu propio lenguaje), reír con él, llorar con él y escucharlo a él. Esos son los corazones conforme al corazón de Dios.
Sugerencia del día: Comienza apartando al menos 15 minutos diarios en la mañana para hablar con él. Entrégale tu día, tus planes, tus tareas. Pídele que te hable en la biblia y toma nota de lo que te está diciendo. Esfuérzate por recordar que si le has dejado entrar a tu corazón él está dentro de tí por lo que puedes tener una comunicación permanente con él. Ora un poco más. No está muy de moda, pero cambia vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario